Thursday, April 19, 2007

Vivimos de cosas que no necesitamos.

Nuestro estilo de vida, nuestra sociedad entera nos está presionando hacia "las cosas". El espíritu nadie lo pesca. Nadie se precoupa de esta parate trascendental de nuestro organisno.

Y es que fácilmente nos olvidamos del alimento del alma, con lo cotidiano, con lo tangible. Muchas personas pasan sus momentos de tristesa comprándose algo, con la estúpida escusa de "me lo merezco"... ¿quién es quién para merecer algo o no?.. ¿qué hacemos en la vida para merecernos todo lo que tenemos?

¿Porqué nosotros deberíamos merecernos algo y no otras personas.. acaso somos un ejemplo de bomdad? ¿qué bien hice yo hoy?.. siempre me pregunto... ¿porqué me merezco este pedazo de pan y otra persona no?..

Y la respuesta es un simple... ¡nada!. So muy pocas las personas que hacen algo por otro que no sea su familiar más directo. A lo más, ser respetuoso, ceder el asiento a una persona embarazada, donar una moneda al niño que te lo pide (con suerte), hacer vista gorda cuando alguien está durmiendo en la calle... darle un pan a alguien que pide alimento.



Pero ¿con eso nos ganamos el derecho a "merecer" todo lo que tenemos?



Un día un amigo me dijo algo que me quedó dando vueltas en mi mente. Muchos de mi generación vivimos en familias humildes, en donde el pan con mortadela se comía una vez al mes. para el "día del pago". Yo recuero que mi dosis eran 2 rebanadas, y que las hacía rendir, porque era un manjar exquisito. La bedida, era una cosa que rara vez se tomaba. Y cuando se tomaba, era en pocas dosis. También sería una vez el mes una bebida familiar, son suerte!. Soy de aquellos que tenía sólo un par de pantalones para salir (el que usaba para ir a misa los domingos), o el par de zapatullas Jet o Dolphin, que las usaba sólo para hacer educación física.



Pues bien, mi amigo me dijo esto: "Si yo cuando era chico, hubiese podido mirar el futuro y ver todo lo que ahora tengo, me hubiera dado cuenta de que ahora soy rico!!". Y no podía tener más razón. Las cosas que para todos son casi cotidianas, antes eran sólo de ricos!. Hoy cualquier persona le puede regalar a su hijo una pelota de futbol, nosotros teníamos de plástico, etc. Lo que quiero reflejar, finalmente, es que nuestra vida ha mejorado sustentablemente, pero la pregunta es ¿qué he hecho yo, personalmente, para MERECER vivir así?.



En fin, para volver al título de mi monólogo, es que me he dado cuenta de que, gracias a este ritmo de vida frenético por las cosas, vivimos en función de adquirir cosas que no necesitamos:

Visite a un mall y se dará cuenta:

-¿para qué necesita esa señora un automóvil 4x4, con motor inmenso, 3 corridas de asiento, etc. si lo que va a hacer es ir de su casa al mall?

- ¿Para qué necesitamos 3,4,6 y más pares de zapatos?

- ¿para qué tenemos un mueble lleno de ropa?

- Para qué tenemos unas cosas que nos tiñen el pelo de un color que no es natural?

- Porqué tenemos que comer esas cosas tan extrañas que nos hacen mal? (mayonesa, ketchup, helados, hotdogs, hamburguesas, etc.)?

- Porqué tenemos que cambiar el teléfono celular si el que tenemos sirve?

- Porqué tenemos que cambiar el auto cada 2 o 3 años si el que tenemos todavía está bueno?



Yo pienso en ocaciones, qué es lo que estrictamente necesito para vivir, y resulta que en mi casa, hay muchas, muchas cosas que sobran (reitero que sólo para sobrevivir, no quiero decir que me sobren las cosas).



Pero, ¿porqué existe este afán?.. ¿porqué necesitamos tanto las cosas para estar felices?. La respuesta es tan simple como compleja, y es que estamos dejando de lado el espíritu. Si le dedicáramos más tiempo a nuestro esppíritu, sea como sea... religión, yoga, budismo, ermetismo, etc. etc. etc.. lo que sucedería es que al ser más felices del espíritu, no necesitaríamos tantas cosas... bastaría con lo esencial.



Pero claro, eso no le combiene a nadie con este sistemita capitalista de libre mercado, porque al no haber consumo, ¿de dónde sacaríamos recursos para pagar toooodos los lujos de los más poderosos?

¿Se han puesto a pensar alguna vez que quienes trabajamos somos las hormigas para que los que tienen dinero se den la gran vida del oso? Qué injuto es este mundo.. este sistema.. pero tengo la certeza de que la madre naturaleza va a hacer algo al respecto. Le queda poco tiempo al animal más peligroso del planeta... sí... tú y yo, el ser humano.

Thursday, April 12, 2007

Sociedad de clases

Es increíble cómo aún en el siglo XXI se continúa discriminando por clases a la gente. Todo aquello de que todos somos iguales, que la persona vale por lo que es y no por lo que tiene, es increíblemente falso. Existen clases sociales por doquier... incluso sin darnos cuentas a veces.

Mis primeras veces de vuelo fueron emocionantes. Volé por primera vez cuando tenía como 25 años, me sentí parte de la "gente linda"... de hecho me impresionó que no hubiera primera clase (era un vuelo de Temuco a Santiago, en el interior de Chile). Siempre había visto en la TV que existían vuelos de primera y turista. Acá no, todos eramos iguales.. pero sin embargo, cuando me fui acercando al embarque... me sorprendió escuchar "las personas con tiquet de vuelo frecuente, favor pasar por la puerta 20, se ruega al resto de las personas, esperar el llamado.. bla bla bla.. ". Ahí me di cuenta de que en ese mismo instante me estaban diciendo que yo pertenecía a otra "clase" de personas... de las menos importantes.

Ese es sólo un ejemplo... como éstos hay cientos.. desde el color de tu tarjeta de crédito, en donde por un simple "gold", o bien, "platinium", te hacen notar que eres más importante que otros, que tendrás un trato especial, como se lo merece una persona especial.

El problema de esto, es que las "clases" actuales están dictadas sólo por el mísero dinero. Si tienes dinero, perteneces a la clase de gente importante, de otra forma.. "señor, por favor haga la cola más larga", "no señor, hoy no puede atenderlo el gerente para su queja", "lo lamento señor, este beneficio es sólo para los clientes premium, vip, top..." o como quieran llamarte... Todo esto, por tanto, contracide todas aquellas patrañas que se dicen por toooodas partes. Deberíamos ser más sinceros y decirnos, "señor, si tiene plata, venga a este banco, si no, no nos interesa", o tal vez ser francos nosotros mismo y confesarnos de que no somos, ni seremos capaces de vernos a todos por igual, porque es nuestra fotma de ser... si total, somos solamente humanos.