Thursday, March 15, 2007

Las vocaciones... extraño fenómeno que nos puede jugar en contra.

Sobre las vocaciones
La vocación es definida como una inclinación a cualquier estado, profesión o carrera (link). Yo no quiero dar una visión positiva o negativa acerca de esta palabra que se pone muy de moda, a eso de los 18. Lo que sí quiero hacer, es poner en esta mesa un pensamiento acerca de cómo sería nuestro mundo si no existieran las vocaciones, o al menos fuera menos forzada hacia la juventud.
Lo que inicialmente quiero exponer, es la forma en que antes, mucho antes, cuando no existían las profesiones al nivel en que ahora existen, existían los oficios. Los pueblos, generalmente se caracterizaban por tener muchos negocios de personas que ofrecían sus servicios, como el panadero, el herrero, el leñador, el cantinero, etc. Todos estos, no eran otra cosa que negocios familiares, en donde el oficio, el saber cómo hacer las cosas, eran transmitidos de generación en generación.
Las abuelas compartían con sus nietas la reseta familiar de tal o cual plato. El carpintero le enseñaba a su hijo a descubrir las bondades de la madera. El mejor creador de espadas japonesas, sólo le trasmitía toda su sapiencia a su hijo. El dueño del molino le enseñaba todos los trucos y cuidados que se debían tener con el molino... en fin, el agricultor le enseña a predecir el tiempo a su próxima generación que se hará cargo de las siembras... etc. etc. etc...

Pero hoy la tendencia es otra, es hacer que el muchacho(a) elija por si sólo lo que quiere hacer con su vida. Una decisión demasiado importante como para dejarsela a un muchacho que aún no conoce nada sobre profesiones, más de lo que ve en la TV, o lo que vagamente le enseñan en la escuela. Claro, existen ciertos "negocios" familiares que aún se conservan cual altigua tradición, por ejemplo, los médicos... pero eso es por otro tema. Todos sabemos que ser médico en Chile en sinónimo de prosperidad y obviamente el médico querrá que a su hijo le valla bien, y por supuesto que no los culpo. Otro ejemplo, son los abogados, se da bastante que los hijos de abogados, son abogados también. Pero, ¿porqué el hijo del carpintero no quiere ser carpintero?, porqué el hijo del pintor tampoco quiere ser pintor?
Yo creo que nuestra sociedad está haciendo una horrible discriminación a las personas que realizan estos trabajos que son extremadamente útiles. Es como que les se mira en menos. Yo, por suerte, he pasado por muchos trabajos en mi vida. He sido obrero, he trabajado en el regadío de campos, cargando camiones, de aprendiz de carpintero, un año trabajé de profesor de computación en un Liceo, y bueno, ahora soy lo que soy.

Me estoy desviando del tema de las vocaciones. Con las vocaciones, se pierde la tradición familiar. Se pierde la sabiduría que pasa de generación en generación. Un amigo mío me dijo que en China, la vida es como un río, que pasa a través de las generaciones, y que además, debe ir mejorando de generación en generación. La meta de un padre, es pasarle lo mejor de sí a su hijo, toda la sabiruría aprendida de antaños.

No sé qué cosa es mejor, obviamente creo que si un carpintero tiene 3 hijos, no se esperará que todos sean carpinteros, pero ¿no sería bonito que uno sea albañil, el otro eléctrico, y que entre todos formen un negocio de construcción que sea capaz de cubrir todos los francos de la construcción?

Una cosa similar veo que está pasando con la cultura mapuche. Lamentablemente la discriminación que se da hoy en día, hace que el lenguaje mapudungun, simplemente se esté perdiendo, y no sólo el lenguaje, si no toda su cultura.

El problema es ¿qué hacer? Todo el mundo tiene tan metido el bicho del progreso en la cabeza que no se puede culpar a nadie por esperar que sus hijos tengan que estudiar algo para "ser alguien" en la vida, como asumiendo que quien no tiene profesión es un "don nadie", un "sin futuro"... un "este no lo quiero como yerno". Lo que tenems que hacer, es tener muy claro que no todo el mundo puede ser profesinal. Se debe trabajar en dignificar todos los trabajos, no sólo aquel que tiene profesión puede optar a la casa propia y al auto. Debemos afrontar el desafío que que ese dignificar valla de la mano con el tema de los recursos. Hay que hacer que el obrero no tenga en su mente un sueldo mínimo, si no que sepa que si hace su trabajo bien, que si se capacita, si es resposable, por supuesto que puede ganar y ganar bien. Es una nueva forma de hacer empresa, pagar bien para que los trabajadores trabajen bien, y asi le va bien a la propia empresa... y así el círculo vicioso, pero positivo.

Ya no estoy seguro de si expuse bien la idea general, que no era otra cosa que el problema de la existencia de las vocaciones, es que atentan contra los negocios y la sapiencia familiares. ¿eso es malo?... lo dejo a criterio de usted, amable lector.

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